Cinco Minutos
Cinco minutos de adelanto tenía el maldito tren hacia Sevilla.
Cinco minutos que hicieron quedarme una hora esperando al siguiente.
Compras el billete, te sientas después de la carrerita desde el puente a la estacón, escribes un mensaje para decir que llegas en el próximo y pasan cinco minutos.
¿Y las gafas de sol? Sueltas las gafas, pagas el billete y no las coges. Te quedaste sin ellas.
No estás el Alemania, ni en Francia, aquí el que no corre vuela ¿o no te acuerdas?. Y en cinco minutos.
Los mismos en los que tardo en darlas de una vez por perdidas y otros tantos en enumerar cosas más importantes que llevaba encima. Aunque fuera un regalo de cumpleaños.
Menos mal que llevo conmigo una canción que dura cinco minutos que hace que escucharla mande todo a tomar por culo.
Pero el tren al que llevaba una hora esperando lleva cinco minutos de retraso.
Y ya estás en Jerez detenido, anda que no se nota la calidad de la letra sobre tu pierna derecha. Para colmo han reconvertido los trenes de cercanías en regionales ... se acabó el asiento acoholchado para ir a Sevilla.
Pasas por encima del circuito urbano que te conoces de memoria de tantas horas de autoescuela, de la gasolinera donde apuñalaron a Juan hace once años, del recinto ferial. Y recuerdo que no vendrás.
Cinco minutos que hicieron quedarme una hora esperando al siguiente.
Compras el billete, te sientas después de la carrerita desde el puente a la estacón, escribes un mensaje para decir que llegas en el próximo y pasan cinco minutos.
¿Y las gafas de sol? Sueltas las gafas, pagas el billete y no las coges. Te quedaste sin ellas.
No estás el Alemania, ni en Francia, aquí el que no corre vuela ¿o no te acuerdas?. Y en cinco minutos.
Los mismos en los que tardo en darlas de una vez por perdidas y otros tantos en enumerar cosas más importantes que llevaba encima. Aunque fuera un regalo de cumpleaños.
Menos mal que llevo conmigo una canción que dura cinco minutos que hace que escucharla mande todo a tomar por culo.
Pero el tren al que llevaba una hora esperando lleva cinco minutos de retraso.
Y ya estás en Jerez detenido, anda que no se nota la calidad de la letra sobre tu pierna derecha. Para colmo han reconvertido los trenes de cercanías en regionales ... se acabó el asiento acoholchado para ir a Sevilla.
Pasas por encima del circuito urbano que te conoces de memoria de tantas horas de autoescuela, de la gasolinera donde apuñalaron a Juan hace once años, del recinto ferial. Y recuerdo que no vendrás.
1 comentario:
ahora entiendo mas la foto.
cinco minutos de nada...
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