La vida no deja de ser una carretera, un viaje siempre hacia delante, con baches, curvas, rectas que no parecen tener fin y un destino. Al menos es como me siento ahora de camino a París, dejando tanto atrás y mirando al frente tantas otras que aún no sé ni que son. Pero la sensación que tengo no es de tristeza, ni de incertidumbre ... creo que es lo más cercano al concepto que tengo de felicidad, y nunca me había acercado tanto a él.
Hace un par de horas que me despedí de Jorge y Xavi en el Village y creo que son las dos personas que más voy a echar de menos de todas a las que he conocido en esta experiencia. Al fin y al cabo he estado todo este tiempo junto ellos y me da mucha pena tener que tomar caminos diferentes. Acabo de recordar el modo que conocí a Xavi, la de Jorge ya la conté cuando me fui a vivir con él. A Xavi le conocí en las clases de francés que dieron en la facultad en Julio y acordamos en subirnos juntos a Francia. Un día antes de irnos quedamos en la Sala de Lectura para ver la ruta desde Madrid a Burdeos, y no sé, me parecía todo tan extraño en ese momento, no nos conocíamos de nada e íbamos a compartir tantas cosas por haber elegido el mismo destino ... qué paradoja elegir el destino, no estar destinado a algo.
Carol no sabe silbar. Bueno, sí, pero parece el silbido de un canario, y me acaba de mandar a tomar por culo. Creo que este fin de semana se lo han pasado bien, aunque me hubiera gustado que no hubiera sido mi despedida de Burdeos. Quizás porque se han juntado muchas emociones. No he podido despedirme ni de Javi ni Jaime, dos que no estarán cuando vuelva en una semana, pero la noche de ayer sirvió de buena despedida. A los de este año espero verles el día que esté recogiendo la cochambre.
Eva y Vicente me acogen un par de días en su casa. No tenía pensado volver a París, ni tampoco ir a Alemania, pero estoy aquí. De las dos entrevistas que tengo sólo iré a una, la del martes. Me he dado cuenta de lo lejos que está de la ciudad y que, al fin y al cabo, no conocería a nadie, como si me hubiera ido a Niza. La persona que contactó conmigo para hacer la entrevista no me ha dado ni un sólo detalle del puesto que me ofrece. Estoy muy poco motivado para hacer un viaje de dos horas por trayecto. La de mañana es distinta, es la segunda vez que me entrevisto con ellos, la primera fue antes de irme a Estambul. Me interesa dejar una puerta abierta por si decido empezar a trabajar en Abril.
Se me ha hecho todo muy raro. Hace justo un año que fui a mi primer día de trabajo. Alguien dijo que la historia no son más que eventos que se repiten una y otra vez cada un cierto periodo. El mismo cielo grisáceo, los mismos turistas fotografiando el arco, la misma lluvia recordándote que no estás en casa. Eso sí, era la primera vez que me ponía un traje para ir a una entrevista de trabajo. Salí con el mismo pensamiento con el que entré al edificio: si me apetece, puedo trabajar en ese sitio. Pero hace tres días que acabé la carrera y mi mente es incapaz de hacer planes más allá de esta semana.